Pocos libros se han orientado a poner de relieve el rol de los periodistas durante los años de dictadura en Chile. Y ello aunque la libertad de prensa y el derecho de información fueron eliminados de la vida nacional, al mismo tiempo que muchos periodistas fueron asesinados, encarcelados o expulsados del país. Este libro centra su atención en los corresponsales de agencias extranjeras que, a pesar de todo, siguieron ejerciendo su trabajo en un medio peligrosamente hostil. Gracias a su profesionalismo y valentía, el mundo estuvo informado de la represión en Chile en el largo periodo que va de 1973 a 1990.