Una familia comparte un viaje y una separación, a inicios de los ochenta en su exilio en Europa; una madre primeriza trata de entrar al mundo secreto en el que vive su hijo, una criatura inclasificable para la siquiatría infantil; una joven inmigrante en Nueva York se las rebusca en los más diversos oficios para sobrevivir y descubrir la pesadilla en su rutina de babysitter; un hijo debe enfrentarse a las verdades familiares heredadas de la dictadura a raíz de la muerte de su abuela; una niña chelista narra la decadencia y caída de su cinéfilo padrino, un diletante que recrea una vez más el reverso del sueño americano; un hombre en crisis matrimonial revive a los pies de la muerte, una noche de su juventud en los noventa que aún no se explica del todo; una escritora ninfómana y de culto se redime con su pasado amoroso y se reconcilia con su propia obra. Con este volumen de siete relatos, María José Viera-Gallo revisita temas que se vislumbraban en sus obras anteriores aunque en una apuesta extremadamente emocional, contemporánea y en parte, autobiográfica. Sus personajes —caracterizados todos por el difícil tránsito hacia una insoluble adultez— son puestos una vez más en lo que ya es una especie de seña de identidad de la literatura de la autora: al borde de un abismo, de una crisis, de una renuncia, de un nuevo desamor. Sus heridas son visibles desde las primeras palabras en narraciones que contienen una intimidad común y un hilo conductor que no elude las epifanías y los estados de gracia: los secretos o lo que no se ha dicho, ya sea por ocultamiento o por incapacidad aún de hallar el sentido que conviertan a esa experiencia de decir, en relato.