¿Por qué si las condiciones externas de mi vida en el día de hoy no difieren del día de ayer, sin embargo, hoy cargo con un peso en el plexo, con un dolor en el alma y una angustia sin objeto? ¿Por qué cambió mi ánimo si objetivamente no cambió nada en el entorno que lo justifique? ¿Qué muebles se movieron secretamente en mi cabeza para que lo que ayer era templanza y alegría hoy esté cerca de la desesperación? Algo de esto se preguntan todos los personajes saerianos a lo largo de estos relatos polimorfos que forman este gran libro. Sobre el final de “Algo se aproxima”, el relato que termina el primer libro de cuentos de Saer y que, a su manera, abre el mundo de investigación en el que se sumergirán miles de lectores fanáticos, un personaje le pregunta a otro, mientras comen en un bar, si la vida tiene sentido. Y el que come, riendo, le dice: “Ninguno, por supuesto”. Frente a una vida sin sentido, los personajes saerianos aman, odian, se traicionan y responden con dulzura o cinismo a eso que “se aproxima”. Que es del orden de lo inefable, como la realidad.