Dafne, hija de Gea, era una ninfa consagrada a Artemisa. Eros, dios del amor, le disparó una flecha para que jamás accediera al amor de Apolo, quien la persiguió por toda la Tierra hasta que Gea al escuchar el ruego de su hija, la convirtió en laurel, justo en el momento cuando Apolo la iba a abrazar.