La poesía de Luis Zaror tiene ejes claramente establecidos. Está su convicción de la existencia de un ser superior que crea y ordena el universo, al que quiere cantarle y al que le pide las palabras; desde allí nace otra de sus vertientes; su fe en la palabra, en la conciencia de que a través de ellas nos relacionamos con los otros seres; y, su tercera arista se expresa en el amor. El amor a las cosas, a la naturaleza, a la familia y a la mujer cómplice y compañera de la ruta. El trabajo de Zaror es un viaje al ser humano desde la emotividad de un universo complejo que se convierte en poesía.