Emplazado en el contexto dramático de una crisis política del imperio ateniense, el Gorgias es un diálogo donde las habilidades literarias y razonadoras de Platón se combinan de un modo magistral. Sus vívidos y complejos personajes son oradores de ocupación: se ganan la vida enseñando el arte de la persuasión, pero son además hombres políticos que deben hacer uso de dicho arte para conseguir poder en la ciudad.
A poco avanzar el diálogo la moral se vuelve la preocupación central. Las mismas razones que llevarán a Platón a concluir que la persuasión debe estar supeditada al fin de la buena vida concebida como una vida temperada y justa, le llevarán también a defender esta peculiar y tremendamente influyente concepción de la buena vida.