Esta novela está narrada por el joven lustrabotas Pablo Acevedo, que subarrienda la cuarta parte de una pieza en que habitan un carnicero, su mujer, cinco hijos creciditos y una guagua pequeña que llora casi cada noche tras «el tabique de sacos empapelados con hojas de diarios». Desde allí, nuestro protagonista observa, reflexiona e interactúa con los otros habitantes de esta frágil comunidad «proletaria». Cuando se cumple el centenario del nacimiento de Nicomedes Guzmán, Los hombres oscuros nos pone frente a la historia del empoderamiento de los sectores populares y su entrada definitiva en la política nacional.