Del año 1000 al siglo XIII las comunas buscan su autonomía del poder imperial, se desarrollan las ciudades, las tierras cultivadas se expenden y florecen las actividades artesanales y comerciales. En toda Europa se multiplican las catedrales, verdaderas y propias enciclopedias del saber y de la férvida imaginación medieval. Los esplendores árabes y normandos, las Cruzadas y el Reino de Jerusalén nutren una épica de damas y caballeros destinada ha influenciar para siempre manifestaciones como la poesía, el arte, el teatro.