Pintar mandalas permite estar en calma y relajarse. Permite también expresarse de manera activa, ya que cada uno pinta según sus gustos, armonizando el mundo exterior con el interior. Es una actividad gratificante que ayuda a recuperar la calma interna y la tranquilidad.
Pintar mandalas desarrolla la paciencia, ayuda al desarrollo mental, potencia la concentración y permite desarrollar la creatividad.