La historia de un niño huérfano perdido en los bajos fondos londinenses le sirve a Dickens para reflejar el mundo del hampa, la miseria y la hipocresía social, en una historia plagada de estereotipos, siempre superados por la maestría del autor. El hilo central, las peripecias de Oliver desde sus comienzos en la más absoluta pobreza hasta su ascenso, se entreteje con asuntos tangenciales, que a veces resultan predominantes, pues son esenciales para el propósito del autor: la denuncia social a través de la descripción del Londres de la época, con sus lacras sociales y morales... En definitiva, Oliver Twist es una historia de buenos y malos, donde se mezclan lo jovial, lo sentimental, lo lúgubre y lo trágico, con una eficacia narrativa que hace que todavía hoy en día los lectores continúen identificándose con los personajes, las situaciones y la crítica que plantea el autor