En la década de los sesenta la ciudad de Nueva York se convirtió en el escenario donde interactuaron figuras representativas de una amplia gama de movimientos progresistas. La Gran Manzana contaba con un aspecto intelectual y político particularmente diverso, en el destacaban diarios de orientación liberal como The New York Times y The Village Voice; revistas con colaboraciones de reconocidos intelectuales marxistas como `Monthly Review ( donde escribieron Sweezy, Huberman y Baran);