En un lenguaje directo y sencillo, Richard Bandler, uno de los creadores de la Programación Neurolingüística nos introduce en la conducta subjetiva del hombre: el trabajo sobre las submodalidades de los sistemas representacionales. Estas se refieren específicamente a aspectos hasta ahora no considerados por la psicología convencional y son los parámetros que determinan la calidad subjetiva o impacto emocional con que un determinado recurso o pensamiento pueden afectarnos. Muchas veces basta con cambiar la luminosidad de una imagen recordada para que ésta, de ser un recuerdo triste -incluso traumático- se transforme en un evento desprovisto de carga negativa. La idea subyacente en la Programación Neurolingüística es que la experiencia subjetiva tiene una organización y una estructura determinada y que al conocerla uno puede efectivamente 'tomar las riendas de su propia mente', por así decirlo. Incluso procesos más internos, como son las creencias, las motivaciones, las compulsiones, que nos llevan a realizar cosas que no queremos hacer, tienen una organización propia que puede ser entendida, con lo cual se obtiene un mayor control de nuestros propios sucesos.