Dmitri Shostakóvich es uno de los más enigmáticos compositores del siglo XX, cuya música refleja las terribles épocas en que vivió. Nació en San Petersburgo en 1906, en la era del Zar Nicolás II. Tenía 11 años cuando Lenin tomó el poder. Le tocó vivir el régimen de Stalin, durante el cual sufrió humillaciones, angustias y acoso que le hicieron temer incluso por su vida. Conoció años mejores –nunca óptimos– bajo Jrushov y falleció en 1975, a los 69 años de edad, en pleno periodo de Brézhnev. Carlos Prieto llegó por primera vez a Rusia en 1962 para obtener un certificado de ruso. Desde entonces regresó con frecuencia y realizó numerosas giras musicales que lo llevaron incluso a los más remotos confines de la inmensidad rusa y soviética. Shostakóvich y Prieto se conocieron en 1959, en ocasión del único viaje a México del compositor, y volvieron a verse en Moscú en 1962 y 1968. Shostakóvich ha sido una presencia permanente en la carrera de Prieto como violonchelista: ha grabado sus principales obras y ha tocado en múltiples países sus composiciones para violonchelo y piano y para violonchelo y orquesta, así como sus tríos y cuartetos. “Excelente versión del primer concierto de Shostakóvich… Así, en pocos años, el nombre de Carlos Prieto ha saltado a las primeras filas de la violonchelística actual… Es no solo un virtuoso, sino un artista completo”. Enrique Franco (El País) “Como Rostrpóvich, Carlos Prieto es un auténtico paladín del violonchelo. Es un artista creador, un sabio y un escritor. Es para mí un privilegio conocerlo como colega y un honor considerarlo mi amigo”. Yo-Yo Ma (violonchelista chino-francés) “Desde muy niño tuve un interés natural por la música, pero no se me reveló como la pasión mayor de una vida hasta la noche milagrosa en que descubrí el alma del chelo en las manos de Carlos Prieto. Fue una revelación que me contagió para siempre con los misterios de la música y la felicidad de un gran amigo”. Gabriel García Márquez