«El perseguidor de la luz» es la historia de Osvaldo, un fotógrafo que franquea los últimos días de la dictadura en Chile, la felonía de la transición y el éxodo. ¿nuestro pasado será nuestro presente? El personaje del El perseguidor de la luz intenta responder esta interrogante viajando, quizás huyendo de sí mismo, interpelando a las varias vidas que tiene una vida, capturando la realidad en instantes fotográficos que muestran la lucha y el exilio, la orfandad, el paisaje, la oscuridad y el mar -presente en toda la novela como una inmensa metáfora a resolver-. Las historias que se entrelazan en esta novela transcurren en América, África y Europa, nos hablan de lo terrible que son ciertas decisiones y su posible conciliación. Renuevan la vigencia de combatir contra lo injusto y valúan el amor y la amistad como lo único que prevalece más allá de la muerte. La construcción de la memoria es finalmente eso: una búsqueda constante de la identidad. Si bien somos lo que hemos sido, lo que hemos hecho, tal aventura deviene en darle un sentido de la luz a la existencia.