Después de un año alejado de las aulas, Antonio comienza a dar clases en un exclusivo colegio de Santiago. Agustina, una alumna insolente y grosera, ejerce en él una genuina fascinación que lo termina involucrando en una búsqueda familiar. Los límites exigidos entre alumna y profesor –y la relación con la vida escolar del barrio alto– desafían su personalidad confundiendo su vocación de profesor.