«Lo caché altiro, donde venía lentito atrasito mío. Y a lo que yo paré, él paró. Bajó la música y la ventana, me saludó y me preguntó si se sabía algo del Christopher. Le dije que no y le pregunté por qué. El hueón me miró de abajo p’arriba como analizándome. Me dijo “Mándale saludos a tu cuñaíta” y siguió andando sin decir ni una hueá más.» María Cuñada Mía