Situado en Valparaíso, el narrador de esta novela reflexiona en torno a escenas íntimas: es testigo de una
relación amorosa entre dos compañeros de curso de la carrera de Filosofía, con quienes comparte años de
formación, además de varias reuniones: «Ignoramos cómo hacer fiestas; ni siquiera sabemos comportarnos en
ellas». El tema de la amistad y en qué medida uno puede conocer a los demás, convive con cuestionamientos
de clase, de género y también observaciones sobre la ridiculez de la arrogancia intelectual: «Me resisto a ser
simpático ante desconocidos pomposos». Con un estilo más fluctuante que afirmativo, a la vez cauteloso y
crítico ante lo categórico y la memoria personal, este libro aborda la experiencia porteña de jóvenes que se
encuentran en una ciudad que apenas empezaban a conocer.