Damos por hecho que el ser humano es por naturaleza egoísta, insolidario y se mueve solo por su propio interés. Es lo que han sostenido pensadores como Maquiavelo, fi lósofos como Hobbes, psicoanalistas como Freud o científi cos como Dawkins. Es lo que sostienen muchos historiadores y escritores. Pero ¿realmente es así? Este libro propone repensar la historia de la humanidad a partir de la evidencia de que el ser humano tiende más a cooperar que a competir, a confi ar que a desconfi ar. El autor se acerca por tanto a la idea roussoniana de la bondad del individuo a través del estudio de doscientos mil años de historia del Homo sapiens sobre la faz de la Tierra, de los cuales solo la última parte corresponde a la civilización moderna. Y nos descubre –sin ingenuidad, con rigor– que, en efecto, el altruismo y no la competitividad feroz ha sido un motor evolutivo de la humanidad.