En está lúcida reflexión escrita hace más de un siglo –pero tristemente contingente–, Charlotte Perkins Gilman nos advierte que el ser humano es la única especie que ha impuesto que las mujeres dependan de los hombres para sobrevivir. Subraya además la importancia de un cambio cultural basado en construir sociedades igualitarias, donde la ocupación por el hogar y la crianza, sea por fin una tarea igualitaria y compartida.